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Zaragoza, Aragón, Spain
Sindicalista de UGT Zaragoza entre 1977 a 2006. Periodo en el que fue uno de los refundadores de UGT Zaragoza, Sº de Acción Reivindicativa de UGT Zaragoza, Sº General de UGT en General Motors España, Presidente del Comité de Empresa de GM España, Sº General de UGT Metal Zaragoza, miembro del Comité Confederal de UGT y formó parte del Comité Europeo y Mundial de General Motors .

jueves, 29 de diciembre de 2011

Y los empresarios reales... ¿Dónde están?

Recordando a Molière, ésta es la crisis de los empresarios imaginarios y los trabajadores a palos. Porque claro, empresarios verdaderos de esos de ver y criticar -a veces hasta sin razón- no se divisan. Si existieran, crearían algún empleo y con tanta crisis algo dirían. Eso sí, se conocen las patronales, esos señores (allí no hay señoras) cuyo fundamento en la vida es ir contra los trabajadores, aunque en su empeño estén hundiendo los negocios.

Así que, para llevar un poco de luz a las relaciones laborales y dar más valor al trabajo en el interior de la empresa; ese ente, donde se genera una mezcla de intereses, esfuerzo, aspectos sociales, salarios, rentabilidades; considero primordial  la pregunta: ¿Qué es la empresa? Para mí, significa lo siguiente:

“Una empresa solo es una empresa. Ni más ni menos. Un centro industrial, o de servicios, que produce economía, al margen de quien es el dueño de la misma. La empresa puede ser netamente capitalista, pública, de mentalidad liberal, profundamente conservadora, o ser también de economía social, cuyos accionistas e inversionistas son las personas que trabajan y viven de la misma. El problema no es la empresa, sino las normas que la rigen, que carecen de orientación colectiva, de transparencia, de libertad. La empresa es la fuente de riqueza de la que nos hemos dotado la humanidad, en todo tipo de sociedades, siendo su función primordial en el contexto económico y social.

Es conveniente que se imponga la idea general de que es necesario asesorar a la empresa, no a una parte u otra en conflicto parcializando la idea de conjunto. El empresario o el trabajador no pueden ir configurando la empresa a su imagen y semejanza. La empresa tiene que tener vida propia, cumpliendo su misión social y desarrollándose al máximo de sus posibilidades, lo cual únicamente se puede lograr si se trabaja de manera común para que su funcionamiento sea técnicamente correcto. Como es obvio, la participación y colaboración de los trabajadores debe estar justamente compensada. Todas las empresas para ser viables necesitan satisfacer una necesidad de mercado. Las empresas públicas y privadas son iguales, sólo existen firmas bien y mal gestionadas. Hay que clarificar el papel de la empresa en la economía y en la sociedad”.

Esta declaración la escribí en 1.995, hace diecisiete años, en mi libro-ponencia titulada: “La empresa del año 2.000, ¿Qué modelo de empresa?”, que fue aprobada por unanimidad en el Foro Europeo de Empleados y la Dirección de GM-OPEL Europa (Comité Europeo); así como, por el Sector de Automoción de UGT, reunido en Zaragoza en unas jornadas de debate específicas. Lo que me sirve para comentar que, afirmaciones y acuerdos así, deberían hacer reflexionar al Gobierno y a la CEOE. Preguntándose, si la inseguridad que en materia laboral quieren implantar, con sus conocidas formulas inestables y trayendo a España las miserias contractuales de otros países tipo miniempleos (minijobs, con una media en Alemania de 230 euros al mes);  es lo mejor que se puede hacer para las personas y las empresas, o se esta cometiendo un tremendo error, de consecuencias humanas y económicas incalculables.

Lo que entonces estaba en juego era, la implantación de un nuevo modelo de relaciones laborales, que empezó a idearse en España y se fue extendiendo en otros países europeos, entre ellos Alemania. Yo mismo participe allí como ponente, difundiendo las ideas innovadoras, en tres encuentros sindicales hispano-alemanes (de una semana de duración cada uno), organizados por UGT-CCOO-IG METALL. Por consiguiente, no se puede decir que el sindicalismo español está retrasado, obsoleto, tirado por las alcantarillas, como afirman doctos neoliberales desconocedores o interesados en descalificar a los sindicatos, porque esa es una falsedad mayúscula. El sindicalismo español no ha sido cola, sino cabeza de león en la modernización sindical de la Unión Europea, como a continuación daré fe. 

Explicando, que este cambio nació entre las cadenas de montaje de las empresas del automóvil españolas -siendo puntera en ello GM España donde yo he trabajado durante 25 años-, encabezado por sindicalistas con un número muy reducido de ejecutivos a los que hubo que convencer, siendo totalmente ajena a él la Universidad. Ésta, aun hoy, desconoce mayormente lo que ocurrió y el alcance económico social que generó. El Jefe de Personal de GM España y yo mismo, invitados por la Universidad, dimos una conferencia en Barcelona a un nutrido grupo de magistrados, catedráticos, abogados..., cuya duración prevista era de una hora y duró tres, por el interés demostrado y el debate que se generó. Lo que puede servir para avalar, que se tendrían que impartir masivamente estas ideas en las universidades, debido a sus mejoras sociales y económicas. Reconociendo de entrada, las ventajas de la participación o colaboración de los trabajadores en la empresa, tal como expuse en el articulo del pasado 16 de junio.

Dos modelos de sindicalismo

En España coexisten dos tipos de sindicalismo. Hay uno mayoritario que yo denomino defensivo y de retroceso. Este es el característico, el que ataja las envestidas contra los trabajadores, como la del vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, que acaba de declarar que “las empresas no contratarán si no se abarata el despido”; cuando lo acaba de hacer el gobierno anterior. Y los sindicalistas sabemos, que la patronal lo que en realidad busca es eliminar de la legislación laboral, la “improcedencia” de los despidos, la improcedencia en los despidos sin motivo ni razón, en los caprichosos, que por ser tales, se penalizan con 45 días de indemnización. Hay un tipo de ejecutivos y de neoliberales en este país, que creen que todo lo malo que les llegue a los trabajadores es bueno para los negocios y no cesan en su empeño.

Han logrado grandes ventajas en la tramitación de los expedientes de regulación de empleo, con la eventualidad de los contratos; pero quieren más. Su meta inmediata es eliminar la improcedencia y los 45 días, para que se pueda despedir a discreción con 20 días a los trabajadores fijos más antiguos y con mayor salario, para ser sustituidos por otros precarios con la mitad de coste laboral. Esta forma de sindicalismo que los sindicatos se ven obligados a realizar, es por culpa de mentes empresariales tayloristas antiguas. Con este sistema de relaciones laborales semisalvaje, por mucho que sindicalmente se consiga siempre se pierde algo, lo que me da pie para definirlo también como de retroceso o de cesión.

Sin embargo, hay otro sindicalismo más reducido que, yo llamaría de innovación y progreso. Este modelo que esta totalmente consolidado en el sector de automoción y en otras empresas de todos los tamaños, requiere la atención general. Debiéndose saber, que si el tipo anterior se funda en la inestabilidad y la precariedad; en éste, su principal característica es la estabilidad laboral de los trabajadores en la  empresa. Siendo ésta el trascendental cimiento, para que se desarrollen relaciones laborales de confianza entre las partes, sistemas de participación compensada, trabajo en equipo, aportaciones fundamentales para mejorar la competitividad y la calidad de los productos, flexibilidad en los procesos de trabajo (no de contratación o despido), la implantación de sistemas de jornada irregular que tan eficaces resultan en la crisis actual.

La CEOE y otros sabios de la flexibilidad contractual y de la desregulación laboral, tendrían que preguntarse el porqué de las multinacionales del automóvil para mantener  sus plantas en España, designándoles continuamente nuevos modelos de coches para fabricar; cuando como consecuencia de la caída de ventas, se están cerrando fábricas importantísimas de esas mismas marcas en otros países. ¿Ocurriría lo mismo, si en las plantas españolas en vez de haberse instaurado un Sistema Laboral de Participación, existiera todavía el Modelo de Confrontación con su inestabilidad y pérdida de derechos..., de la CEOE y de los neoliberales al uso? Por descontado que no. El automóvil con todas sus piezas, solo sería una agradable historia.

Mas, si este ultimo sindicalismo es el que prefieren y defienden los sindicatos, por que las patronales oficiales -no tanto las de empresa- se oponen a él. Yo no lo entiendo. Puede ser por no perder el protagonismo mediático y la propaganda que les generan los desacuerdos de esta forma de proceder; por justificar con sus postulados radicales, el cobro de las cuotas que las empresas les abonan; por motivos políticos sirviendo a la derecha; por ideología trasnochada, por desconocimiento, por creencias de superioridad patronal y de menosprecio obrero. ¿Y en la Universidad, cuanta paralización y desorientación existe? ¿Qué formación laboral imparten a los nuevos licenciados, si llegan a las empresas y no saben lo que allí ocurre?

Se esta llegando al extremo, de que el discurso laboral oficial va por un lado de la carretera y por el otro en dirección contraria, la realidad profesional de empleados y empleadores, que dista mucho de las arengas que se dan; tal como se puede comprobar, por las a veces juiciosas indemnizaciones reales de despido que en todo momento se han estado pactando. Si por la crisis se producen despidos, por regla general lo mismo el empresario que el trabajador, si pueden quedan bien entre ellos y después si se ven en la calle se dicen adiós. Así, esta relación humana que es cultural y primordial en los negocios, ninguna legislación sin sentido común la podrá cambiar.

No obstante, siendo todo tan claro y sencillo, ¿dónde están los empresarios reales, los de verdad, que nada dicen y todo el mundo habla por ellos? ¿Qué tienen que decir a estas novedades? Yo pienso que tendrían que ser más activos e incidir en el mundo del trabajo, separando el trigo de la paja de lo que se alega, en beneficio propio, del empleo que generan, tanto como por la economía en general.

Como se ha podido comprobar yo propongo un modelo laboral y de competitividad basado en la estabilidad; porque tanto socialmente como técnicamente, supone poner la primera piedra de unas relaciones laborales de mayor consenso, con suma eficacia productiva, en aras de un mayor bienestar común. Como asimismo decía en los primeros tiempos: Hagamos un nuevo tipo de empresas donde se una el trabajo manual al del pensamiento. El principal valor de las empresas son las personas, pero la CEOE  parece no saberlo. 

    29.12.2011                                         Fernando Bolea Rubio
                                                                             Sindicalista

jueves, 15 de diciembre de 2011

Indicaciones para el proyecto socialdemócrata

Después de la derrota, viene la inquietud. El programa electoral hay que tirarlo, los candidatos quedan en entredicho, los equipos dirigentes desautorizados, la estrategia se quiebra, la moral interna se fractura. De pronto se cierra la noche, nada anterior parece servir. Se endurecen las críticas, se abren falsas hipótesis, la confusión es total, nadie influye, emana el desasosiego, surge la desorientación.

En el vasto caos, como primer calmante reparador, surgen preguntas buscando  respuestas clarificadoras de las causas del fracaso; así como de la trayectoria a seguir, con la idea de recuperar la confianza e ir reponiendo el partido. De las primeras cuestiones, las de Bases en Red me parecen significativas: ¿Es la crisis la única causa de las derrotas del 22-M y 20-N? ¿Por qué una crisis del modelo neoliberal afecta tan severamente a un gobierno socialdemócrata? ¿Qué errores se han cometido para perder tanto apoyo social? Sobre  ellas  diré, que ningún líder, partido o sindicato se hunde por afrontar situaciones difíciles, si son lo suficientemente competentes para hacerles frente de la mano con sus afiliados, simpatizantes y votantes. Y, si lo hacen, con políticas propias y claras que los allegados entiendan y estén dispuestos a asumir.

De no ser así, en el mundo de la izquierda sobreviene el fracaso, no quedando otra solución que la dimisión de los dirigentes a tiempo, en bien de los ciudadanos que se representan y si se quiere evitar un sonado fracaso electoral futuro; porque a la primera ocasión, el enfado acumulado se manifiesta en las urnas, castigando los desaciertos no yendo a votar o no haciéndolo por los afines, si son los responsables de los hechos impropios. Como le ha ocurrido al partido socialista, por culpa de sus principales responsables: José Luis Rodríguez Zapatero, los ministros y los órganos de dirección.         

En mi opinión, en el voto de castigo influyó decididamente el que, en el peor momento, ese necesario lazo de unión del Gobierno con el pueblo afectado no se plasmó, explicando esa carencia  lo demás. En el recorte presupuestario de 15.000 millones de euros en mayo de 2.010, el Gobierno actuó por su cuenta, casi en semiclandestinidad, dado que decía unas cosas (reforma laboral como solución a la crisis, brotes verdes), y ocurrían otras (crisis bancarias, paralización de negocios por cierre de créditos, losa del ladrillo que todavía sigue oculta). No se contó con los militantes del partido, se olvidaron de los electores socialistas. Ante el estupor general, en economía se hizo una política neoliberal que nadie entendía, en vez de la anhelada socialdemócrata -más aun en crisis- que correspondía.

Se rechazaron radicalmente los recortes que Zapatero hizo caer principalmente en sus propios votantes (congelación de las pensiones, reducción salarial de un 5% a los funcionarios). Sin que afectaran a las grandes fortunas o tuvieran un efecto progresivo en la sociedad, aportando más los que más tienen, como hubiera sido lo justo y hasta posiblemente asumido -si con pesar- por la mayoría de los españoles. Conozco a representantes sindicales que, después de tres años de lucha e infinidad de penurias en defensa de los puestos de trabajo, finalmente se cerró la empresa, los cerca de quinientos trabajadores fueron al paro que fue lo peor que les podía ocurrir; pero esos sindicalistas, tenían la misma consideración de los trabajadores el último día como el primero. Junto a ellos, habían sido buenos dirigentes y los trabajadores les dieron su confianza hasta el final. A los líderes no los vencen las crisis, lo hace la inseguridad ideológica y la ineptitud.

Tanto es así, que hasta se puede afirmar que las grandes dificultades políticas elevan el prestigio de los buenos dirigentes, tal como ha venido ocurriendo a lo largo de la historia. Winston Churchill, fue conocido por su liderazgo del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Charles de Gaulle, labró su prestigio con el movimiento “Francia Libre” apoyando la resistencia. En comparación con esos graves trances, que el gobierno socialista haya caído por una crisis económica y por un simple recorte del presupuesto, demuestra la flaqueza política y de liderazgo del zapaterismo. Así, la crisis no es la única causa de la derrota, dado que el motivo fundamental ha sido el no saber gobernarla (ni tan siquiera explicarla de verdad), como deseaban la mayoría de los ciudadanos progresistas que, en 2.008, habían alzado el PSOE al poder. Del mismo modo, la crisis del modelo liberal ha afectado tanto a un gobierno que se decía socialdemócrata, porque en lo económico ejercía de neoliberal. Que el nuevo partido que ha de renacer, nunca cometa desvaríos como estos ni de ningún tipo. 

De las preguntas de futuro, dado que mirar el pasado es no tener ilusiones, una se impone a las demás: ¿Se deben abandonar las nuevas o terceras vías políticas de triste recuerdo y volver a la izquierda? Claro que sí. Cuando de los votos exsocialistas perdidos muy pocos han ido a la derecha, queda demostrado que la base electoral progresista sigue viva y a la espera de una política del partido socialdemócrata-socialista de verdad. Pero claro, esta reimplantación ideológica se tiene que dar claramente en las personas de la organización, siendo asumida y defendida en primer lugar por los responsables de las comisiones ejecutivas, cargos electos o designados, convirtiéndose en la hoja de ruta de la política a seguir. No valdrá solo con pintar los programas de color y nada más, como santificarían seguramente algunos jefes y jefas poco amigos de esta innovación.

Hagamos pues, la prueba del algodón. Si usted es presidente de una comunidad y le piden a la vez una entrevista la dirección y el comité de empresa de una fábrica, ¿a quien recibiría en primer lugar? Si UGT le hiciera una reivindicación razonable y CEOE otra también  sensata, si solo pudiera conceder una de las dos, ¿a quien se la otorgaría? ¿Atendería antes a un ciudadano necesitado o a un banquero? Como se que no ha acertado ninguna de las tres, debe ponerse en cuarentena... Y, el tiempo dirá.

Con el título: “Una generación que pide cambio pero no ruptura”, el diario El País de 4 de diciembre, publicó varias preguntas y respuestas de nueve jóvenes dirigentes socialistas; en las que observé poca firmeza izquierdista al contestar a lo siguiente: ¿El PSOE debe girar más a la izquierda? Cinco divagaron diciendo: “Siempre ha sido de izquierdas y un ejemplo es lo que ha hecho José Luis Rodríguez Zapatero”; en un caso. “No considero que sea el debate prioritario”; en otro. “El PSOE no puede dar volantazos”; o sea que nada. “Yo soy de las que piensan que el partido es claramente de izquierdas, socialdemócrata”. “El último programa es bastante de izquierdas”. Sin embargo, las cuatro personas restantes demostraron mayor sentimiento ideológico y más deseo de profundizar en él, al afirmar: “El partido tiene que recuperar el perfil de izquierdas”. “Nos toca volver a un proyecto fresco e ilusionante, socialdemócrata puro pero innovador, nuestro lugar natural es el centro de la izquierda, que no es el centro político”; bueno, ya se dice algo. “Hacia una posición de centro-izquierda socialdemócrata, con una economía social de mercado hacia el keynesianismo”; pienso que querrá decir como idea económica. Para Eduardo Madina: “El pensamiento socialdemócrata debe readaptar sus preguntas a este tiempo histórico”; perfecto. Me parece muy bien.

No obstante, da la sensación de que incluso los más proclives al salto quieren dar el paso, pero tirando de la rienda del caballo para que no se desboque. Lo que me crea cierta preocupación, al ser jóvenes y pronunciarse con tan poca severidad. El ser de izquierdas no debe alterar el espíritu de nadie, es nuestro estado natural como socialistas. ¿Alguien duda de esto? La actual socialdemocracia en el mundo no es la de Lenin ni Rosa Luxemburgo, es algo muy para ir por casa en cada país, aunque pudiendo llegar muy lejos si se desarrolla bien.

De todas maneras, socialdemocracia no es neoliberalismo y si alguien piensa que innovándola o readaptándola a este tiempo histórico y de confusión, dará pie para aparentar lo que no se es y seguir navegando en la práctica por la misma marea neoliberal atroz, que cambie de idea o de partido. El PSOE ha de ser lo que las clases trabajadora, baja y media ahora demandan y quieren que sea. Y, en ningún caso será, refugio y amparo de liberales y neoliberales. Al principio, el propio Zapatero declaró que era liberal, hoy posiblemente es neoliberal.  Con limpiar el neoliberalismo habría mucho avanzado. Entre socialdemocracia y socialismo democrático no hay ninguna diferencia, es lo mismo, ya se debería saber. En España se desconocen popularmente la socialdemocracia y el keynesianismo, carencia que se ha de remediar incorporándola al debate socialista.

El PSOE se ha convertido en una maquinaria obediente, sin valor crítico interno para corregir errores e imponerse a lo incorrecto. Como decía Albert Einstein: “El peligro del mundo no es de los que lo hacen mal, sino de los que se sientan a verlo”. Vaya pues el último mensaje de acción urgente a corregir, para con mi modesta opinión y todo lo dicho aquí, añadir algunos puntos más de reflexión al borrador del proyecto socialdemócrata en elaboración. Hay que levantarse de la silla y participar activamente en los debates del partido, con la mente limpia e ideales de izquierda claros. Que el próximo congreso ordinario no signifique una mayor decepción.

      35 sugerencias más para el proyecto socialdemócrata
  1. Se gobernará de la mano de los afiliados, simpatizantes, votantes.
  2. Realizarán políticas propias, con arreglo a su ideología.
  3. Actuarán de manera clara y de forma que los allegados entiendan lo que se hace.
  4. No se aplicará nada que los afiliados no estén dispuestos a asumir.
  5. Si no se practica la política abierta expuesta, se dimitirá sin pérdida de tiempo, en bien de los ciudadanos que se representan y para evitar fracasos electores seguros.
  6. Se gobernará formando un lazo de unión con el pueblo: Las clases trabajadora, baja y media.
  7. En ningún caso los gobiernos socialistas procederán por su cuenta, sin tener presente la opinión mayoritaria de la población.
  8. En todo momento se dirá a los españoles la verdad de lo que ocurre y se quiere hacer. Informando después de lo que se ha hecho.
  9. Se tendrá en cuenta a los afiliados y militantes del partido.
  10. Los electores socialistas han de estar siempre en la mente de los dirigentes.
  11. Se abolirán las políticas neoliberales, retirándose a los dirigentes y cargos designados por el partido de tal condición.
  12. La socialdemocracia real no adulterada será la política del partido.
  13. Se dictaminarán políticas fiscales progresivas, para que aporten más los que más tienen.
  14. Se mantendrá permanentemente la consideración de los representados.
  15. Se sabrá que ni al partido ni a los líderes los vencen las crisis, lo hace la inseguridad ideológica y la ineptitud.
  16.  El PSOE ha de girar a la izquierda.
  17. El cambio y los postulados de mayor izquierda deben ser asumidos en primer lugar y como primera condición, por las personas del partido a nivel individual, por los responsables de los órganos de dirección, para posteriormente practicarlos con carácter colectivo. La reimplantación ideológica se convertirá en la hoja de ruta política a seguir. 
  18. Siempre que sea posible se demostrará que se está con los trabajadores y que se cuenta con ellos en primer lugar.
  19. Se apoyará permanentemente a los sindicatos y en mayor medida que a las patronales.
  20. La política social, el Estado del bienestar, tendrán prioridad ocupando la mayor parte de la agenda.
  21. Hay que olvidar las nuevas o terceras vías políticas y volver a la izquierda, de donde nunca se debió salir.
  22. Es necesaria más firmeza izquierdista en los jóvenes, mandos y con carácter general
  23. El keynesianismo será siempre una política económica fundamental
  24. Ser de izquierdas es el estado natural de los socialistas.
  25. Socialdemocracia no es liberalismo o neoliberalismo.
  26. La readaptación socialdemócrata no significara seguir en la practica por la marea neoliberal.
  27. El PSOE ha de ser lo que las clases trabajadora, baja y media ahora demandan y quieren que sea.
  28. El partido en ningún caso será refugio y amparo de liberales y neoliberales.
  29. Con eliminar el neoliberalismo habría mucho avanzado.
  30. Entre socialdemocracia y socialismo democrático no hay ninguna diferencia. Son lo mismo.
  31. En España se desconocen popularmente la socialdemocracia y el keynesianismo. Esta carencia se ha de remediar, incorporándola al debate socialista.
  32. El partido dejará de ser la maquinaria obediente que ahora es, haciendo política activa interna, con valor critico, para corregir errores e imponerse a lo incorrecto.
  33. Hay que levantarse de la silla y participar activamente en los debates.
  34. Los socialistas procederán siempre con la mente limpia e ideales de izquierda claros.  
  35. Que el próximo Congreso no signifique una mayor decepción. 


¿De donde partimos? Para el catedrático Vicenç Navarro: “La filosofía del equipo Zapatero queda reflejada en el libro de Jordi Sevilla De nuevo socialismo, influenciado por el New Labor del Sr. Tony Blair. En este libro del asesor económico de mayor influencia en lo que en España se llamaba la Nueva Vía -más tarde conocida como zapaterismo- queda bien definida esta política de que hay que bajar los impuestos, de que debe diluirse la progresividad fiscal, de que hay que desregular los mercados, incluido el financiero, de que hay que evitar la expansión del gasto público (contradiciendo a Keynes) y otras medidas de claro corte neoliberal. En términos económicos, el neoliberalismo es la versión acentuada del liberalismo”.

En una entrevista realizada por estudiantes progresistas de Catalunya, a la pregunta de si su neoliberalismo económico y fiscal fue la causa del declive electoral del PSOE. Navarro contesta: “No hay ninguna duda de ello. La respuesta del equipo económico del gobierno Zapatero a la crisis fue típicamente neoliberal. No hay que olvidar que su Ministro de Economía, el Sr. Solbes, había dicho que su máximo logro al final de su mandato, 2004-2008, había sido no aumentar el gasto público”. Otro liberal o neoliberal (también antikeynesiano). En fin, es lo que hay.

La situación económica y social  no requiere continuar con medias tintas. Estos días se ha podido leer que los poderes financieros-bancarios quieren privatizar todo el Estado del bienestar: La sanidad, la educación, las pensiones, los seguros de desempleo. Ven en ello grandes oportunidades de negocio y las aves de rapiña financiera, llamadas mercados, que descaradamente se han hecho ya con el control económico y político de Europa, no van a ceder en su empeño. Dibujándose por tales avaricias, una sociedad futura donde muchas personas no tendrán oportunidad de trabajar en toda su vida, ni poseerán dinero, ni servicios sociales públicos de protección. Una sociedad del caos que, antes de que los ricos paguen impuestos, dejara morir a la gente.

Ya vale de enredar políticamente y de callar. Hay que cambiar las políticas contemplativas, pasando a la acción con decisión y firmeza. Todo lo que la lucha obrera sindical y socialista han conseguido a lo largo de la historia lo quieren arrebatar, ante lo cual el partido y el sindicato (sindicatos) tendrían que volver como antaño, al menos a analizar juntos los problemas. Pablo Iglesias decía: “Si unimos la lucha en las fábricas a la del Parlamento, el edificio del capitalismo se caerá por su peso”. Ya sé que aquella experiencia es hoy irrepetible, pero me apetece recordarla. Si, hay que levantarse de la silla y andar de frente contra el egoísmo del capital.  


14.12.2011              Fernando Bolea Rubio
                              Sindicalista   

jueves, 1 de diciembre de 2011

PSOE: Ola y guía de la izquierda

Del descenso electoral socialista se puede afirmar que, como olas altivas las urnas suben y bajan los resultados del PSOE en cada ocasión; pero con la seguridad, de que cuando descienden siempre vuelven a subir y con mayor fuerza, al quedarse muchos años en la cresta del poder. Así lo avalan principalmente sus triunfos de 1982 y 2004, al permitir que en los últimos treinta años, el partido haya gobernado veintidós. Catorce más que la derecha.

Ahora ocurrirá lo mismo. Que nadie se equivoque con análisis erróneos. El 20-N el PP obtuvo 186 diputados, mayoría absoluta, con 10.719.712 papeletas, el 44,59%. Siendo el balance del PSOE de 110 escaños, 6.903.208 votos, el 28,71%, habiendo logrado hacía cuatro años 11.289.335. Los socialistas han perdido 4.386.127 votos -que son muchísimos-; pero se afirma que solo unos 200.000 han ido a la contabilidad del PP, al crecer este únicamente en 552.683 en relación a lo que consiguió en 2008. Izquierda Unida (IU) logró 1.680.810 sufragios, un 6,93%, 11 escaños, subiendo en 720.864 votos, fundamentalmente por el descenso socialista. De ello se benefició asimismo, Unión Progreso y Democracia (UPD) -de la exsocialista Rosa Diez-, al situarse en 1.131.923 votos, el 4,70%, 5 asientos, creciendo en 825.844. 

Por tanto, sumando los crecimientos de los partidos estudiados y previa resta a la pérdida socialista descrita; queda un bloque de 2.639.419 personas, sobre 2.500.000 para ser más exacto si se añaden posibles desvíos a otras candidaturas, que se pueden considerar como potenciales votantes socialistas en la reserva. Muchos de ellos refugiados con añoranza en el voto en blanco y la abstención, por no votar a su partido  de siempre, debido a su enfado con él, por el rechazo a la política neoliberal que el zapaterismo ha realizado en los últimos años; con las consiguientes irregularidades orgánicas en el partido. Defectos estos varias veces evidenciados en este blog. En vista de lo cual, habrá que considerar que aparte de la representatividad alcanzada, el PSOE tiene un importantísimo colchón de votantes a recuperar en los siguientes comicios, siempre claro está, que sea capaz de volver a ilusionar a su gente colmando las expectativas ideológico-políticas que se le demandan.

Con este cálculo fantástico e ilusorio pero con signos de realidad (cerca de siete millones más dos y medio), los socialistas aun conservarían un hipotético apoyo de 9.500.000 votos. Por eso cabe decir, que queda partida por jugar y que sin duda se volverá a ganar, pudiendo ser hasta en el primer tiempo, a los cuatro años: por la política  antisocial que los populares van a realizar, junto con la poca valía política de su líder-presidente Mariano Rajoy. Y, ante todo, si en base a la realidad existente se realiza un proyecto súper-socialdemócrata (socialista) de verdad, creando un equipo de dirección compacto, con ideología de izquierdas y sin sombra de neoliberales alrededor. Siendo a la vez dirigentes competentes, ágiles, participativos, descentralizadores, totalmente democráticos, a gusto de los afiliados y de la mayoría de la sociedad. Con un líder con iniciativas, que trabaje en equipo, coordine, dirija, admita críticas, siendo antipresidencialista -no más cesaristas-, de probada trayectoria de izquierdas.

De cualquier manera, la opinión general es firme al indicar que por el débil crecimiento de los conservadores la sociedad española no ha girado a la derecha, debido a que estas elecciones no las ha ganado el PP, sino que las ha perdido el PSOE por su desplome de votos por el descontento hacia él. Todos han cogido fruta del árbol caído, con fuerza reservada para reflorecer. Por la dispersión socialista, el PP con 569.623 votos menos que el PSOE en 2.008, ha obtenido mayoría absoluta, cuando entonces no se alcanzó. Ana Noguera ha escrito: “El resultado que ha producido la distribución de votos no es el que España estaba pidiendo. A un grito de más y mejor Democracia, de mayor Izquierda, de más Estado de Bienestar, de una política comprometida: tenemos mayoría absoluta del PP. El resultado demuestra lo injusto del sistema electoral actual”. 

Dicho lo anterior, procede puntualizar que por el descontento hacia ellos, lo mismo que en la reciente consulta del 22 de mayo, en esta ocasión los socialistas no se han beneficiado del llamado “voto útil”. Con él, parte de la izquierda opta por los socialistas, para hacer frente más eficazmente a la derecha, aun simpatizando en la misma medida con otras fuerzas progresistas, por efectivamente la complejidad del sistema de elección. Esta práctica perjudica principalmente a IU, aunque en estos comicios ha sido al revés. Así, de los nuevos votos recibidos, ¿cuántos podría perder esta formación si la paz vuelve a reinar entre los socialistas y la izquierda, volviendo con fuerza la idea de una mejor utilidad de estos votos, agrupándolos en el PSOE,  para desplazar al PP? Por mucho que mejorara el procedimiento electoral, siempre será mas efectivo el voto de izquierda en un bloque que dividido en dos o en porciones debilitadoras. 

Equivocadamente, IU cree que esos votos son suyos cuando yo pienso que no es así. Para mí, dichos votantes forman una orquilla electoral de firme conciencia político-social, que si es cubierta por igual en los dos partidos, eligen sin duda y en primer lugar a los  socialistas, votándoles con la misma o mayor satisfacción que ahora lo han podido hacer por otros partidos. Todos conocemos a personas así. Que en las valoraciones simples, se compute esta realidad. De todos modos, izquierda unida también ha de entender que los votos recibidos de los “socialistas enfadados” los ha recogido en estas dos elecciones, pero no serán de ese movimiento para siempre. Dado que únicamente son votos refugio puntual, en espera de volver al PSOE, a la casa madre de la izquierda, cuando se supere políticamente el enojo familiar.

¿Pero los amigos mencionados ven esta peculiaridad así? Por desgracia me temo que no. Cuando Santiago Carrillo está diciendo: “Lo que debe hacer la izquierda es unirse”.  En estos días que habría que estar hablando de hacer entre el PSOE e IU un bloque común de izquierdas, para atenuar el gran poder que la derecha ha conseguido. En el momento que se tendría que sumar efectivos, para junto a los sindicatos, hacer frente a los recortes y sinsabores que los gobiernos de la derecha del todo el Estado, les van a querer imponer a los trabajadores tanto como a las clases media y baja... Una nueva traba incomprensible se va dibujando. IU, quizá algo sonada por su avance electoral después de tanto fracaso, ha saltado a los medios declarando que ambiciona “conquistar la hegemonía de la izquierda”.

Ya empiezan de nuevo con el “sorpasso” predicado por el Partido Comunista (PC) y Julio Anguita en los noventa. Se trata de intentar superar electoralmente al PSOE, tal vez incluso por medio del modelo de la famosa “pinza” que IU y el PP formaban contra Felipe González. Esta hazaña de esa izquierda que se dice tan pura, seguramente la desconocerán muchos de sus jóvenes simpatizantes del 15-M, que tanto han atacado al PSOE y cuyo final ha sido más derecha. Estos igualmente, tendrían que estar  pidiendo a gritos regeneración y unidad en la izquierda. Siento decirlo, pero ese desmedido afán e interés partidista de quítate tu para ponerme yo, me parece una autentica desviación ideológica de esa coalición de fuerzas minoritarias, que no tiene ninguna explicación de clase. Se puede calificar igual a lo que hizo después del 20 de mayo en Extremadura, al ser su voto decisivo y dar el gobierno de la comunidad al PP quitándoselo al PSOE. Objetivamente es justo reconocer, que el partido socialista no siempre se ha portado bien con izquierda unida.

La “teoría de las dos orillas”, fundada en la existencia de diferencias entre por un lado, el PP y el PSOE y de otro, IU; ya la esta reviviendo de nuevo el coordinador federal de esta última fuerza, Cayo Lara, al afirmar: “No nos conformamos con tener 1,7 millones de votos. Aspiramos a que la izquierda “real” tenga hegemonía para combatir las políticas neoliberales que aplican partidos conservadores y socialdemócratas. Esa búsqueda de la “hegemonía” de la izquierda no tiene plazo y no tiene punto final, porque es un proceso de acumulación de fuerzas y voluntades”. Dijo que IU se muestra dispuesta al dialogo con cualquier fuerza, pero avanzando que con el PP será casi imposible y con el PSOE también. En concreto, los socialistas para la otra orilla junto a la derecha, para que dejen libre para ellos su espacio electoral de izquierdas. Ahora este hombre se declara representante legítimo del socialismo, cuando tanto lo han desacreditado. Lo que hay que oír.

Con la estrategia del sorpasso, la pinza con la derecha, más las dos orillas, Julio Anguita en 1.996 (año del triunfo de José Maria Aznar) superó los 2 millones de votos, más de un 10%, logrando  21 diputados; cayendo con Gerardo Iglesias como candidato a 8 en el 2.000. Santiago Carrillo con el PC en las generales de 1979 llego a 23 diputados; desplomándose drásticamente a 4 en 1982. Gaspar Llamazares en 2.004 saco 4; por 2 en 2.008. Por consiguiente, subidas y bajadas las hay para todos los gustos y ríos. En las carreteras hay baches y algunos tan fuertes, que al que circula mal hasta se sale de la orilla. 

Por otro lado, ¿qué es eso de que IU se atribuya la condición de izquierda “real”? Pero estos colegas ¡de que van! ¿Acaso quieren comparar su historia de lucha y sacrificio en la izquierda con el PSOE? Ellos que han sido siempre muy pocos se formaron en 1.986, hace tan solo 25 años; cuando el PSOE se fundó en 1.879, hace 132 años. En 1.921 nació el PC, 42 años después que los socialistas. De momento, hasta que no cumplan 107 años más de lucha política y sindical que se abstengan de bravatas ideológicas, dado que el partido socialista ha sido, es y será el guía real de la izquierda, porque nadie le puede arrebatar sus años de lucha y de Gobierno en beneficio de la sociedad.

Lo que se ha hecho mal en los últimos tiempos, ha sido por culpa de un equipo de  dirigentes que ya están  pagando electoralmente sus errores y abandonado sus cargos, a la vez que se va a corregir la trayectoria del partido para que esta desviación política-orgánica no se vuelva a repetir. Sin embargo, una equivocación puntual del zapaterismo, no puede poner en entredicho la trayectoria centenaria del PSOE, que merece el máximo respeto y consideración de la izquierda española, europea y mundial. Así que menos demagogia, frivolidad e intereses propios en IU y que fijen más la vista en el PP, que es el adversario real y común. Como socialista y persona de izquierdas, tengo en gran estima a Santiago Carrillo (he hablado varias veces con él, leo y guardo sus libros) y a Gaspar Llamazares, al que sigo su trayectoria y considero el mejor político de izquierda unida. Como candidato por Asturias, ha conseguido un buen porcentaje, un 13,27%, el más alto de toda España.

Volviendo al interior socialista, hace mucho que pienso que llegaría un momento en que José Luis Rodríguez Zapatero, ni ganaría las elecciones ni se iría. Pues nada, ya estamos en esa incongruencia. Este hombre ha hundido al partido socialista. Y, cuando tenía que haber dado la cara y dimitir la misma noche electoral, no lo hizo y además demuestra que es incapaz de darse cuenta del destrozo que ha causado, al decir en el reciente Comité Federal del partido: “Los españoles han querido cambiar la realidad cambiando el Gobierno”. Como si él no tuviera nada que ver y los votantes fueran lerdos. Es deplorable oírle defender su gestión, una vez que las urnas han dado su veredicto censurándola. Que lo deje ya que, empieza a ser un estorbo, ante el nuevo rumbo que  tiene que tomar el socialismo español.

Sobre Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido inimaginable que durante la campaña electoral no haya recuperado prácticamente ningún voto. Empezó con 15 puntos de diferencia negativa en las encuestas y acabó con casi 16. Es encomiable el esfuerzo que ha hecho, pero no ha servido de nada, porque el mal ya estaba hecho por el Gobierno desde mayo de 2.010. De modo que, por su corresponsabilidad gubernamental y en vista del desastroso resultado electoral obtenido, es necesario ir preparando otro candidato o candidata sin vinculación ministerial (Carme Chacón la tiene), para las elecciones legislativas de 2.015. Es duro decir esto, pero por el bien de la izquierda y del PSOE, Rubalcaba no debe repetir como candidato. Entre los sustitutos, debería figurar el cabeza de lista de las europeas: Juan Fernando López Aguilar. En Aragón, no veo ni bebés. 

En el partido socialista hay que cambiar muchas cosas y recuperar otras que jamás se debieron dejar, como la rosa del anagrama y los colores alusivos que lo distinguen claramente de la derecha. Sin buena cimentación ningún edificio se mantiene. Modernización si, pero sin perder  esencias gratas de siempre.  


30.11.2011                                                                      Fernando Bolea Rubio
                                                                           Sindicalista