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Zaragoza, Aragón, Spain
Sindicalista de UGT Zaragoza entre 1977 a 2006. Periodo en el que fue uno de los refundadores de UGT Zaragoza, Sº de Acción Reivindicativa de UGT Zaragoza, Sº General de UGT en General Motors España, Presidente del Comité de Empresa de GM España, Sº General de UGT Metal Zaragoza, miembro del Comité Confederal de UGT y formó parte del Comité Europeo y Mundial de General Motors .

viernes, 29 de mayo de 2015

Gobiernos a prueba

El Partido Popular ha ganado las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo (24-M), con un porcentaje del 27%; aunque perdiendo cerca de dos millones y medio de votos respecto a 2011. Con ese desplome electoral, ha perdido infinidad de mayorías absolutas, lo que generalmente le impedirá gobernar si no recibe el apoyo de Ciudadanos (C´s); al ser prácticamente nula, su capacidad de entenderse con los demás partidos. El PSOE, con un 25%, ha sido el segundo más votado y el primero de la izquierda, recibiendo así un respiro electoral, a pesar de perder casi 700.000 papeletas; aún habiendo recuperado muchas en los últimos nueve meses, desde que Pedro Sánchez dirige el partido.

Podemos (PO) y C´s no han alcanzado los porcentajes que les daban las encuestas. En ellas, no se reflejaba el voto oculto del PP y PSOE que -en comparación a las de marzo-, ha sido de un 5%-6% mayor respectivamente. Dándose en definitiva, entre PSOE y PO  un vuelco a favor de la izquierda, si ésta se sabe entender, de lo cual dudo bastante.

La primera lectura que hay que hacer es, que cuando se gobierna en contra de los intereses de los trabajadores y las clases populares eso se paga electoralmente. Le pasó al expresidente socialista, Rodríguez Zapatero, en 2011, como consecuencia de su reforma laboral socialmente incomprensible y otras medidas. Y, le ha vuelto a ocurrir al PP, en 2015, también por su aún más salvaje reforma laboral, más los recortes en sanidad, educación, dependencia y de todo tipo. Ahora, los dos partidos están igual de mal, en un empate técnico al 25% de votos. Que ambos tomen buena nota, para que disparates sociales como éstos, no los vuelvan a repetir.

Sin embargo, al tratar de conquistar la torre del castillo en las inminentes elecciones generales de noviembre, los socialistas partirán en mejor posición si Pedro Sánchez es el candidato; al ser el nuevo líder, por haber sido elegido Sº General por la base, hace tan poco. Mientras los populares no tienen hoy ni votos ni dirigentes; debiendo afrontar en primer lugar, una renovación interna en profundidad. Eligiendo un nuevo inquilino para La Moncloa, ya que el actual, Mariano Rajoy, es un político pasado que huele a fracaso, o a desaparición del partido; siguiendo el conocido procedimiento de Unión de Centro Democratico (UCD), o sea, a base de enfrentamientos e infidelidades.

A Mariano Rajoy la izquierda ha de apartarlo democráticamente del poder, porque se le puede llamar el “Presidente de la pobreza” y hasta “del hambre”, puesto que muchos españoles e incluso niños y niñas la pasan; sin que las administraciones populares atiendan estas necesidades básicas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), hecho público el día 26: La población en riesgo de pobreza o exclusión social crece hasta el 29% (era del 26,1% en 2010), porcentaje que equivale a unos 13,6 millones de ciudadanos. Con  incapacidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada, no poder afrontar pagos imprevistos, retrasos en el alquiler o la hipoteca, no tener coche, teléfono, lavadora o televisión. El 16% tiene serias dificultades en llegar a final de mes. El paro juvenil elevado y vergonzoso. Las negativas expectativas de trabajo en la juventud, teniendo que hasta emigrar para vivir. Las políticas que han conducido a este caos son: La mala política económica, el haber herido de muerte la negociación colectiva, la inestabilidad laboral, los bajos salarios, no poder consumir, la facilidad de despido, la pérdida de derechos laborales, al quedarse los asalariados desprotegidos.

Así, el populismo más que la izquierda -al arrastrar aquel capas de jóvenes e indignados-, ha podido derrumbar al PP en estas elecciones. Pero se ha de saber que, al margen de España, en Europa los movimientos populares no gobiernan. Lo hace el centroizquierda o el centroderecha y en algunos casos juntos, cuando la diferencia ideológica entre una y otra tendencia es poca, como ocurre en Alemania. Ya veremos como estos movimientos novedosos resultan aquí. En los países desarrollados, los populismos se dan en partidos de derecha y ultraderecha, mientras que aquí parte de lo nuevo que se dice es, que se han copiado en nuestro bando. De tal manera que, formar gobiernos con mayoría de izquierdas y estabilidad política, durante toda la legislatura no será sencillo, por lo siguiente.

En la campaña electoral no me ha gustado, por la incoherencia y la poca fuerza organizativa que demuestra, el que en algunos sitios los partidos hayan ocultado sus siglas. Destacando en la publicidad la palabra “populares” más que PP, o Susana Díaz por encima de PSOE. ¿Ha dado vergüenza mostrar los orígenes? cuando los valores socialistas y de cada cual no hay que perderlos nunca. Asimismo no me ha gustado, el que las ideologías se escondan, como Podemos hace, siendo muchas y muchos de ellos marxistas y diciendo hasta la saciedad “que no son de derechas ni de izquierdas”. La gente así no es fiable y a mí no me gusta. ¿El fin justifica los medios?

¿Pero como un marxista puede decir tamaña tontería? Un buen socialista no lo diría nunca. Yo jamás. Es patético. Si se hace para ocultar las ideas, con el fin de manipular buenas voluntades, apareciendo como lo que no son para obtener sus votos; sería un engaño de personas deshonestas y manipuladoras, dando motivo para que los sujetos que lo hagan sean desenmascarados públicamente hasta apartarlos de la política activa. En estas circunstancias, pueden resultar inestables los acuerdos de gobernabilidad que los socialistas puedan hacer con ellos. Por eso pienso, que vamos a entrar en una temporada de gobiernos a prueba, que sólo el tiempo dirá si son factibles. En caso de no serlo, lo aprovecharía la derecha, para presentarse electoralmente como los paladines de la estabilidad política para obtener votos.

En la campaña, el sentido común de los ciudadanos ha clasificado las ideologías, del siguiente tenor: PP-C´s derecha, PO izquierda, PSOE centro izquierda. Habiendo un inconveniente mayor, al no coincidir el porcentaje ideológico de los españoles, con las coaliciones que los partidos pueden hacer. Cuantificando de “0 a 10”, siendo la cifra baja extrema izquierda y la alta extrema derecha, los españoles se sitúan  en el 4,58%. En el centroizquierda del PSOE, medido éste en un 4,46%.

Dándose la circunstancia de que los socialistas no tienen pareja para bailar, debido a que al PP se le da un 8,18% y a Podemos 1,62%. A día de hoy se piensa que C´s pactará con el PP, pero a mi me parece que le iría mejor a medio plazo, hacerlo con el PSOE, bajando primero el alto porcentaje derechista que se le supone, no superando el 6%, para quedarse en el centroderecha. Si los españoles son de centroizquierda, tendrían que tener gobiernos de la misma condición. Un gobierno PSOE-PO, con cifras ideológicas tan dispares del 4,46% y 1,62% ¿puede ser duradero? Que se haga la prueba y se sabrá. Será un éxito si todos ponen mucho de su parte, no olvidando que los electores lo quieren así.

Sería una gran equivocación de la izquierda, el que Podemos y Ciudadanos por cuestiones tácticas, no se quisieran hacer la foto de gobernabilidad con los socialistas antes de los comicios de noviembre. Se debería evitar la frase “lo viejo y lo nuevo”, dado que es un término despreciativo para la política, porque ella no es ni vieja ni nueva, es simplemente política, ni más ni menos que la que se tiene que hacer en cada momento.

El objetivo de la izquierda ha de ser, quitarle al PP el poder y después saber mantenerlo... Si lo consigue, habrá ganado.

29.05.2015                                                                 Fernando Bolea Rubio
                                                                                  Sindicalista

lunes, 18 de mayo de 2015

En que reforma laboral se piensa

Desde que escribí en junio de 2010, el artículo "¿De qué reforma laboral se habla?" en este blog, he escrito 25 artículos más*, que hacen referencia a las dos reformas laborales habidas desde entonces. La primera, promovida por el expresidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, que provocó la huelga general de 29 de septiembre de 2010 (29-S). La segunda, realizada por el presidente popular, Mariano Rajoy, que fue contestada con dos huelgas generales en un año, la de 29 de marzo de 2012 (29-M) y la de 14 de noviembre de 2012 (14-N). Todas ellas de 24 horas, en todos los sectores del país.  

En los comentarios he estado en contra de las dos reformas, siendo muy crítico con los cambios laborales aplicados. Sin embargo, he tratado de ayudar siempre, para que se hicieran las modificaciones más convenientes para los trabajadores, el desarrollo de las empresas, la economía, el bien de Aragón y del país. Incidiendo en lo que creía sería lo mejor y más provechoso para todos, en base a mi experiencia sindical y como mediador propuesto por la Unión General de Trabajadores (UGT), en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), desde febrero de 2007, al principio de la crisis. Pero,  toda esta buena intención fue en vano, dado que las dos reformas fueron impuestas por los Ejecutivos y el Congreso de los Diputados de uno y otro color; rechazando en ambas, las importantísimas aportaciones que en cada momento, las principales centrales sindicales hacían.

Ante la socialista y en el artículo mencionado, yo escribí: “Sí, hace falta una reforma, pero orientada a eliminar radicalmente el enjambre de la contratación eventual y el fraude de ley que en ella se da. Y claro está, se ha de partir eliminando sustancialmente los privilegios patronales existentes de contratar y despedir temporales a su voluntad”. Añadiendo: “Se han de limitar y dar más valor económico a las contrataciones eventuales, para que las fijas florezcan de una vez”. Proponiendo así que, como ocurría en Japón, los trabajadores eventuales cobraran más que los fijos; porque por su inestabilidad laboral, deberían recibir un plus de compensación por parte del empleador. Logrando de paso, que para los empresarios llegara a ser más atrayente la contratación fija que la temporal.

Mas a este respecto no se hizo nada, sino todo lo contrario. Debido a que el fin real de esa reforma fue, que se pagara menos por despedir y que legalmente fuera más fácil hacerlo. Se legisló, pagar menos por echar a los fijos, al pasar las indemnizaciones de 45 a 33 días; abriendo así, una nueva vía para más eventualidad, al poder cubrir los puestos dejados con trabajadores más baratos. Había un vergonzoso fraude de ley en los contratos y en las causas del despido; si bien todo se cubrió con un tupido velo, ampliando las facultades empresariales y las causas para despedir. No aflorando lo suficiente, los fraudes en la contratación y los despidos individuales y colectivos no justificados, que era entre otras cosas lo que los sindicalistas deseábamos.

Se podían aprobar los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) por pérdidas actuales y “previstas”, o la disminución persistente del nivel de ingresos, como si fueran despidos preventivos, lo que era ilógico e injusto. Por tanto, ¿qué se hizo? Simplemente, todo lo dicho y en vez de cerrarlas, abrir de par en par las puertas del despido objetivo, tan usual entonces, para que salieran por ellas los trabajadores, su honor, más la basura de los abusos empresariales, al quedar impunes. Un auténtico desastre, para la clase trabajadora y los jóvenes a contratar.

Después de esto, como era de esperar, el Partido Socialista sufrió un durísimo castigo electoral por perder la confianza de los trabajadores y del movimiento sindical. Y, en consecuencia, la derecha del Partido Popular llegó al Gobierno con mayoría absoluta, teniendo en sus manos todo el poder, para deshacer de una vez derechos fundamentales e imprescindibles de los trabajadores.

Por eso, en su resentida y torpe reforma laboral de 10 de febrero de 2012, el PP amplió los motivos para facilitar más los ERE, asestó un duro golpe a la negociación colectiva, eliminó los salarios de tramitación (los que se recibían desde el momento del despido hasta la sentencia improcedente), que venían a suponer cinco meses más de salario. Se sacaron de la manga, un contrato llamado de emprendedores, con un periodo de prueba de un año, pudiendo ser despedidos los pobres chicos y chicas, cuando los principales quisieran y sin indemnización. Cándido Méndez, la llamaba con razón: “La reforma del garrote”. La misma fue injusta, ineficaz e inútil. Y, ahí sigue, aunque quizás por poco tiempo.

Nuevo “Estatuto de los Trabajadores” del PSOE

Digo esto, porque me han gustado las ideas de Pedro Sánchez, sobre el nuevo Estatuto de los Trabajadores que si ganan las elecciones están pensando aprobar, derogando este melodramático folletín de reforma laboral. Hacía años, que a los sindicalistas el PSOE no nos daba una alegría. Por fin parece que se iría en la dirección correcta, gobernando para limitar la temporalidad al porcentaje medio de la Unión Europea, al prometer bajarla del 24% a un 15% en cuatro años. Eliminando además, los fraudes contractuales y con efecto en los despidos.

De manera que, se esta pensando en únicamente tres tipos de contrato: indefinido, temporal, formativo con contrato de relevo. Los temporales tendrán un limite máximo de un año, pudiéndose reducir a medio año o ampliarse a dos en los convenios colectivos. No permitiéndose que se sea temporal durante más de dos años. La temporalidad consentida se fijará en la negociación colectiva de cada sector. Si se infringe la ley, se incrementaran las cotizaciones. No habrá contratación temporal sin causa. Se vinculará el contrato al puesto de trabajo.

Se clarificarán “los falsos autónomos”. Quieren que sean los sindicatos y no los comités de empresa los que negocien los convenios. Lo que me parece fabuloso, puesto que siempre he pensado que tendrían que ser los trabajadores organizados los que decidieran sobre la negociación colectiva, teniendo derecho los demás a ser puntualmente informados. Reformar el trabajo a “tiempo parcial”, para evitar situaciones de explotación. Rechazan, como yo, el “contrato único”, dado que supondría la conversión de todos los trabajadores en temporales y precarios. Los subcontratados por una empresa, cobrarán lo mismo que los empleados de su plantilla. Acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres. Vincular los salarios a la productividad, lo cual me gusta menos. Clarificándose el papel y la financiación de los agentes sociales.

En definitiva, según la secretaria de Empleo del PSOE, Luz Rodríguez: Que este ordenamiento vuelva a ser “una carta laboral, para recuperar los derechos de los trabajadores desvastados por la crisis y las contrarreformas del PP”. Yo diría y de Zapatero.

Aún con todo, en las próximas elecciones autonómicas y municipales del 24-M, sigamos confiando en el PSOE, porque está sabiendo corregir sus errores y para los trabajadores es el mejor... sin duda.

18.05.2015                             Fernando Bolea Rubio
Sindicalista


* Ver artículos con etiqueta reforma laboral en este Blog.

viernes, 1 de mayo de 2015

A por el bienestar laboral



La clase trabajadora española lleva cinco años, desde mayo de 2010, soportando: amenazas, despidos, expedientes, cierres de empresas, rebajas salariales, mermas de derechos individuales y colectivos, empeoramiento de las condiciones de trabajo, jornadas abusivas y en algunos casos sin cobrar, contratos basura hasta fuera de la ley, el desempleo, la pérdida de esperanza, la necesidad de emigrar para poder vivir. Sí, son cinco años terribles, sobre todo los cuatro últimos gobernando el Partido Popular (PP), con su tonta política de la austeridad que ha gripado la economía; y, con la imposición de su inconfesable reforma laboral, que amordazo a los asalariados favoreciendo a los empresarios.

Sin que todos esos atropellos hayan servido para crear empleo como se decía, toda vez que sigue habiendo más parados que cuando en 2011 Mariano Rajoy llegó al poder. Con el agravante, de las malas cifras de la primera Encuesta de Población Activa (EPA) de 2015, dado que calcula en 5.444.600, el 23,7%, el número de desempleados, cuando antes de la crisis (en 2007) era del 7,93%, de más de 15 puntos menos.

En tan poco tiempo y con la excusa de la crisis, la derecha ha transformado el mundo del trabajo, arrebatando al movimiento sindical conquistas históricas teñidas de esfuerzo, como la negociación colectiva tan devaluada hoy. Facultando a la parte económica de las empresas, para imponer métodos de flexibilidad sin haber sido pactados. Entre otras atrocidades y humillaciones.

Esta escalada de degradación salarial y social, yo la atribuyo a la que llamo “revolución conservadora” que, a lo callado, el Gobierno del PP va implantado en España. Para recortar severamente, el avance económico y social que los empleados venían conquistando, favoreciendo así a las elites de los negocios. Para eso, el líder del PP puede estar cumpliendo a la perfección, su programa más oculto. 

En virtud de lo cual, la pregunta que los trabajadores y trabajadoras deben hacerse es: ¿Vamos a permitir que este disminuido modelo de sociedad se quede así, sin pelear por reconquistar la situación anterior y continuar la vieja línea ascendente de bienestar laboral? Sin duda, si hay empeño habrá reacción. A pesar, de que los ambientes laborales están algo paralizados, principalmente las cúpulas sindicales, aunque no tanto el sindicalismo que en las empresas se practica.

Los sindicatos tienen que ser fuertes y valientes. Para lo primero, se requiere que los trabajadores estén organizados y activos en los sindicatos, siendo necesario mejorar en esta condición. En relación a la valentía, en situaciones sumamente difíciles los sindicatos han demostrado que la tienen y sin duda la tendrán siempre. Solo necesitan marcarse el objetivo, exponerlo al movimiento obrero e ir a por él.

No sería la primera vez que las organizaciones sindicales se superan, alcanzando grandes metas. Lo hicieron, para erradicar las leyes y mejorar las condiciones que la dictadura franquista dejó. Volviendo a repetir la hazaña, para superar socialmente los estragos y alto nivel de paro (23%) de los noventa. En la crisis de 1993 -para salvaguardar el espíritu reivindicativo sindical y porque era verdad-, yo declaraba en la prensa, que “no había crisis, sino falta de competitividad, porque las empresas no estaban preparadas para competir”. Ahora el escenario no es mucho mejor, puesto que se puede asegurar que las empresas están más dispuestas, si bien no tienen dinero para invertir lo necesario, debido a la limitación crediticia de la banca. Por lo que, el profesor José Carlos Díez, ha dado en el clavo al decir: “España pide a gritos un plan de inversiones, como recomienda el Fondo Monetario Internacional (FMI), para sacarla del estancamiento y la deflación”.

Lo primero que habría que hacer es poner a los sindicatos a punto, tanto por abajo como por arriba, actualizándose organizativa y sindicalmente. Porque la tarea es tanta y tan ardua que, solo en el terreno económico, esté esta tan desecho y limitado que como Díez ha escrito también: “La creación de empleo se concentra en la costa por el turismo, especialmente en las islas, y en aquellas regiones que tienen fábricas de automóviles, único sector industrial que mantiene vigor en sus exportaciones. Sin los coches, nuestra producción industrial y nuestras exportaciones continúan cayendo y en recesión”. Así es, en Aragón fundamentalmente por la industria y la fabrica de General Motors España, la EPA da un 18,59% de paro, cinco puntos menos que a nivel nacional.

Siendo ridículo, que el presidente del Gobierno se quiera aprovechar de esa favorable circunstancia, al indicar que la crisis se ha superado “porque la gente esta comprando coches”, cuando el 90% de la fabricación automovilística se exporta. Y cuando él no ha tenido nada que ver con el crecimiento de las ventas en automoción, ni en sus factorías se aplica su negra reforma laboral. Dado que todo el mérito hay que atribuirlo, al alto nivel de entendimiento y de consenso habido entre los departamentos de personal de las empresas y a los sindicatos en ellas. Fundamentalmente la Unión General de Trabajadores (UGT), mi sindicato, con mayoría sindical en el sector y en todas las fabricas del automóvil españolas, desde hace muchos años.

El lema sindical de UGT y CCOO en este 1º de Mayo es: “Así no salimos de la crisis”. Frase que la Junta Electoral Provincial de Teruel ha intentado prohibir a los sindicatos, al poder  interferir en el sentido del voto. Gracias por la publicidad. Palabras éstas, que en las manifestaciones del día, se gritarán ahora con más ahínco: ¡Así! ¡Así! ¡No salimos! ¡No salimos! ¡Rajoy... vete ya! 

       
01.05.2015                                                                               Fernando Bolea Rubio
                                                                           Sindicalista