Sobre el autor

Mi foto
Zaragoza, Aragón, Spain
Sindicalista de UGT Zaragoza entre 1977 a 2006. Periodo en el que fue uno de los refundadores de UGT Zaragoza, Sº de Acción Reivindicativa de UGT Zaragoza, Sº General de UGT en General Motors España, Presidente del Comité de Empresa de GM España, Sº General de UGT Metal Zaragoza, miembro del Comité Confederal de UGT y formó parte del Comité Europeo y Mundial de General Motors .

viernes, 18 de marzo de 2016

Megáfonos de honor



En un artículo pensado con el trasero que Cándido Méndez no se merece, titulado “Cándido apagó su megáfono”, el periodista Rubén Amón (antes en El Mundo, ahora en El País); el domingo pasado se ensañó a gusto con el anterior secretario general de UGT, afirmando: “Puestos a defender el trabajo, Méndez ha defendido el suyo más que ningún otro”. Algo que nunca se debe decir de un sindicalista honrado y trabajador, como es Cándido; a no ser que se pretenda destruir el sindicalismo de clase, yendo descaradamente contra él con falsedades y desvergüenzas. Dice también, “Cándido Méndez era el sistema y era la casta”, ¿y que más?, Añadiendo, “la primera palabra que aparece en el buscador junto a Cándido Méndez es Rolex”.

¡Que gracioso! Otra vez la misma falacia. Los enemigos del sindicalismo en un siglo no han avanzado nada, mienten con la misma caradura de toda la vida, dado que al fundador de UGT, Pablo Iglesias Posse, ya le decían que vestía costosos abrigos. El afectado dice que no tiene ese dichoso reloj, pero si Cándido tuviera un Rolex ¿qué? ¿No puede tenerlo? Otros tienen bienes que cuestan más, sin que esta destructiva jerga periodística los señale. La razón es muy sencilla, no van a por relojes, sí contra el sindicalismo y, sobre todo, a por la Unión General de Trabajadores, porque en 126 años no han podido con ella, ni podrán nunca.

Cuando Cándido fue elegido en 1994 yo no le voté, ni tampoco lo hice en el Congreso Confederal Extraordinario de 1995, donde se impuso a Manuel Fernández López “Lito” por tan solo 64 votos. El compañero y amigo Lito, tristemente fallecido en junio de 2014, era el secretario general estatal de la federación del metal y mi candidato. Los dos llegamos a las secretarías generales con unos días de diferencia, yo a la del metal de Zaragoza el 7.10.1988 y Lito 25 días después, el 22.10.1988 alcanzó la suya. Precisamente en ese congreso federal del metal en el que fue elegido, coincidimos en la mesa del mismo, el recientemente elegido secretario general confederal de UGT, Josep Maria Álvarez (Pepe Álvarez para nosotros), como presidente del congreso y yo como vicepresidente del mismo. Los dos pertenecíamos al equipo de confianza de Lito desde hacía años, compuesto por una docena de personas, las cuales nos reunimos y trabajamos mucho para llegar hasta allí.

Precisamente, en la preparación de la candidatura al congreso confederal del 94, sucedió un hecho destacable que demuestra la honestidad que Lito tenía. Él fue nuestro candidato -aunque finalmente la candidatura no se presentó en esa ocasión, si bien se hizo en el del 95-; pero no se impuso a los demás diciéndonos que él quería ser. El equipo de apoyo estábamos reunidos para tal fin y Lito lo único que nos dijo fue: “El congreso confederal se va a celebrar y tenemos que decidir si como metal presentaremos un candidato a la secretaría general y a quién”. Seguidamente, yo tomé la palabra y dije: “Nuestra federación es la más fuerte y numerosa del sindicato y tenemos la obligación de presentar un candidato. Y, evidentemente, esa persona tienes que ser tú y te ruego que lo aceptes”. Todos los demás compañeros estuvieron de acuerdo con mi propuesta y Lito asumió la responsabilidad de presentarse en ese momento histórico, al serlo por el relevo del histórico, Nicolas Redondo, de la secretaría general.

Queda claro que mis preferencias eran otras, sin embargo con Cándido me he llevado muy bien también, por su empeño y cercanía. Siempre ayudaba estando su teléfono disponible ante cualquier contratiempo. En la fábrica de GM España nos dio su apoyo ante las grandes dificultades, como fue el intento de deslocalizar el modelo Meriva a Polonia que entonces hubiese supuesto la desaparición de media fabrica y el despido de en torno a 4000 trabajadores. En una ocasión, en el aeropuerto de Berlín, coincidí en la cola de embarque con Cándido y las delegaciones de UGT y CCOO que venían de un congreso en Suecia. A él se le veía sumamente cansado. En el vuelo iba sentado en el asiento delante de mí y pude observar claramente su agotamiento. Al llegar a Madrid le dije, vete inmediatamente a casa sin perder más tiempo. El secretario general del otro sindicato, José Maria Fidalgo lo hizo, pero Cándido no. Allí se quedó ayudando a los demás compañeros y compañeras hasta que todos estuvieron dispuestos, yéndose el último a descansar.

Del flamante nuevo secretario general confederal, Pepe Álvarez, elegido en el 42º Congreso Confederal el 12.03.2016, tengo igualmente un grato recuerdo. Es un metalúrgico nacido en Asturias como Lito, de allí provenía la fuerte amistad que los unía. A los 19 años se trasladó a Cataluña, llegando a ocupar la secretaría general del metal de Barcelona y después la de UGT en esa comunidad. En el Comité Confederal y en los congresos, sus intervenciones eran las mejores y las más esperadas. Se puede decir que se formó un trío fantástico de sindicalistas y cuadros orgánicos compuesto por Lito, Álvarez y Manolo Garnacho de construcción, que coincidía con ellos y se apoyaban en todo. En la ejecutiva confederal ha entrado además, Gonzalo Pino, colega de automoción y amigo de Ford España, con el que coincidí bastantes años, él siendo secretario general de la sección sindical de UGT allí y yo en GM España.  

“Cándido ha apagado su megáfono”, pero el suyo, junto al de Lito, Álvarez y Garnacho, han sido y serán siempre megáfonos de mucho honor sindical, que los ugetistas respetamos y admiramos de verdad, aún habiendo por ahí periodistas antisindicales y de mala fe. Un sindicalista... nunca apaga el megáfono.




18.03.2016                                                                             Fernando Bolea Rubio
                                                                             Sindicalista

viernes, 4 de marzo de 2016

Los colores del pacto



Como se preveía, el PSOE y C´s firmaron el acuerdo de gobernabilidad que, Pedro Sánchez presentó en el Congreso el martes-1, en el primer día del debate de su investidura, para ser el nuevo presidente del Gobierno. Al ser rechazado, hoy se hará la segunda votación que se adivina negativa también. Para el pacto se unieron el color rojo socialista y el naranja de Albert Rivera; sin embargo, por pactar con Ciudadanos, no se quiso sumar la formación morada de Podemos (PO) que le habría dado la mayoría necesaria. Sánchez les dijo: “Hasta la peor de las medidas del acuerdo (rojo-naranja) es mejor que mantener (en funciones) a Rajoy”. Los socialistas no quieren que se agregue al acuerdo el color azul del PP, aunque estos imploren hasta el hastió el apoyo rojo-naranja para poder seguir gobernando.

En realidad, lo que esta ocurriendo es debido a la desmedida ambición de poder de PO, a su bajo estilo e incultura política. En mi opinión, con el apoyo de PO y C´s; el PSOE pensaba en formar un gobierno monocolor, con la inclusión de algunos independientes -no pertenecientes a partidos- de prestigio reconocido. Mas todo se vino abajo, cuando Pablo Manuel Iglesias presentó a los medios, sin saberlo Sánchez, un gobierno de coalición PSOE-PO casi completo. En él, figuraba Pedro -casi por favor- como presidente y él mismo de súper vicepresidente, reservándose para sí seis ministerios; lo que produjo una reacción tremendamente negativa en los socialistas y por supuesto en mí. 

Ésa fue una equivocación penosa, dado que rompió las posibilidades de que en un ejecutivo socialista, personas de Podemos llegaran a ser ministros. A partir de allí, el chantaje de PO ha sido continuo, o Sánchez aceptaba ese gobierno o no tendría ni la abstención morada para poder gobernar. Lo que obligó a los socialistas, a buscar un pacto -que yo llamo de la formalidad- con C´s, porque las exigencias de los podemistas no eran serias ni viables. Aún  así, el PSOE dejó la puerta abierta a PO, para negociar de manera adicional y sin contradecir el pacto suscrito.  Negociación que empezó y duró dos tardes, porque los socialistas al conseguir el acuerdo de gobernabilidad con los naranjas; los morados de Podemos, cogieron tal rebote de envidia que se levantaron de la mesa y rompieron las conversaciones. Debieron pensar, que Albert Rivera les iba a quitar la vicepresidencia del Gobierno y se tiraron al monte, con su conocido vocabulario faltón.

Ahora PO quiere que los socialistas rompan el pacto con C´s, para abrir nuevas negociaciones exclusivamente con ellos. Pretensión esta que no van a conseguir, dado que con este pacto tanto el PSOE como C´s, se han colocado en el centro político del tablero electoral y van a ser los partidos y los políticos del futuro. Dominando el centroizquierda y el centroderecha, desplazan al PP a la derecha rancia de toda la vida y a PO a la extrema izquierda. Demostrando además, como acaban de hacer, que ambas formaciones son capaces de pactar hasta un programa de gobierno, para toda la legislatura.

El PP habla mucho de un gobierno de coalición derecha-socialdemócratas como ocurre en Alemania; pero se olvida decir, que en realidad no se trata de una derecha extrema como la del Partido Popular. Los que pactan son, el centroderecha y el centroizquierda como ahora aquí se ha hecho también. Así, en el momento político actual, donde el bipartidismo se ha deteriorado tanto, cuando los electores no votan mayorías para gobernar, al no haber sumas ideológicas para formar los gobiernos, como esta ocurriendo; es totalmente necesario, que los partidos pacten para llegar y mantenerse en los gobiernos.

Es preciso incluso hablar de transversalidad (superación del espectro izquierda-derecha), como Pedro Sánchez acaba de hacer, con el pacto PSOE-C´s, adelantándose sobremanera a su tiempo. Posiblemente con este pacto no se alcanzará el gobierno, si bien se ha sembrado la simiente de lo que se debe hacer. Por eso, este pacto tiene un gran valor. El editorial del diario El País, decía ayer: “Sánchez y Rivera perderán la votación, pero sus argumentos han ganado”.

¿Y ahora qué? Los morados dicen que a partir de mañana están dispuestos a negociar. Esa negociación supondría hacer trizas el acuerdo con C´s y que Pedro Sánchez admitiera sus exigencias, rebajándose a aceptar la imposición del gobierno que quieren. ¡Que atrevida es la ignorancia! Eso el Partido Socialista no lo hará nunca. Lo que Pedro ha de hacer es, bajarle los humos al lenguaraz Iglesias, el Donald Trump español, no permitiéndole que insulte a los socialistas como hizo en el debate de investidura, al decir que “Felipe González tiene el pasado manchado de cal viva”, aludiendo a la época de los GAL, siendo que los tribunales no le hallaron culpabilidad. Decir esto es gravísimo. ¿Con este personaje como se va a gobernar, dándole nada menos que la vicepresidencia del gobierno? Para mí este señor es un radical excéntrico que, se ha quedado anclado en los viejos extremismos ideológicos. A mí este tipo no me merece ninguna consideración.

Yo soy de la opinión, de que el apoyo que los socialistas dieron para formar ayuntamientos gobernados por Podemos, influyó negativamente en las elecciones generales, restándole votos al PSOE y a Pedro Sánchez.

Sánchez le gano el debate a Iglesias y Rivera a Rajoy. Consolidándose dos lideres Pedro y Albert. El Partido Socialista tiene líder para mucho tiempo. Como se esperaba, la pinza PP-Podemos votando los dos “no”, ha bloqueado la investidura de un socialista, permitiendo la continuidad de la derecha gobernante. Que la gente lo sepa. Siendo así, solo queda una salida, repetir las elecciones el 26 de junio y que la unión Podemos-PP... pague las consecuencias.


4.03.2016                                                                             Fernando Bolea Rubio
                                                                           Sindicalista