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Zaragoza, Aragón, Spain
Sindicalista de UGT Zaragoza entre 1977 a 2006. Periodo en el que fue uno de los refundadores de UGT Zaragoza, Sº de Acción Reivindicativa de UGT Zaragoza, Sº General de UGT en General Motors España, Presidente del Comité de Empresa de GM España, Sº General de UGT Metal Zaragoza, miembro del Comité Confederal de UGT y formó parte del Comité Europeo y Mundial de General Motors .

viernes, 8 de julio de 2016

El PSOE es mucho PSOE



Sí, el “pesoe” es mucho “pesoe”, y el “soe” como popularmente se le llama igual. Ahora esta frase se oye mucho, por que será. Evidentemente, por el resultado de las elecciones del 26-J, dado que el PP ha sacado 137 diputados; el PSOE  85; Podemos (PO) 71, en realidad 42, la mitad que los socialistas, porque los demás son de IU y sus confluencias; Ciudadanos 32. Así, el PP ha conseguido 14 escaños más. El PSOE habiéndose dejado solo104.415 votos, por la rara ley electoral salió castigado con 5 sillones menos; cuando PO y sus amigos a pesar de haber perdido 1,2 millones de votos, siguen con 71. Con el asunto del sorpasso a los socialistas, Podemos se ha quedado colgado de la brocha y dice que no sabe por qué.

Yo escribí  en mayo, que si no mejoraban el voto rural, el femenino, el de los trabajadores manuales -sindicalmente más organizados y porque no son de juegos florales- el sorpasso tendría que esperar y así ha sido. Sin embargo, por todo lo malo que de PO se ha podido ver en los últimos seis meses, hoy rectifico esa afirmación diciendo que, esa formación no será líder de la izquierda nunca, jamás. Que de ello todo el mundo se olvide. Antes tendría que cambiar radicalmente su discurso, dejar de tener a los electores por gente infantil por sus descabelladas propuestas (muchos profesores como ellos, de tanto tratar con chicos lo son), actualizar su programa, dejar de mentir e insultar a los socialistas que es lo único que saben hacer. En mi opinión, el 26-J fue el punto de inflexión de la burbuja Podemos.

Por lo tanto, el primer partido de la izquierda española, tiene un nombre: ¡Partido Socialista Obrero Español! Y el líder de la oposición otro: ¡Pedro Sánchez Pérez-Castejón! Y si Podemos hubiese querido en su día, el nuevo presidente del Gobierno se llamaría igual. Lo cual para mucha gente, hubiera sido lo mejor que a este país le podría haber ocurrido.

Así todo, el infantilismo del jefe de Podemos, Pablo Manuel Iglesias, llega a tal extremo que en las elecciones del 26-J, como una encuesta a pie de urna daba por hecho el sorpasso de PO al PSOE; sin tan siquiera esperar a abrir las urnas, llamó a Pedro desde el más allá. Al momento, los resultados oficiales no ratificaron las encuestas, dándole por perdedor sobre Sánchez; con lo que ese impaciente señor, hizo el ridículo más espantoso. Así de irresponsables son. ¿Qué se puede esperar de un político tan ambicioso y tan torpe? ¿Eso es de politólogos instruidos como dicen ser o de tontos de remate? Yo me inclino por lo último.

Para mí, la principal valoración de estas elecciones es, que aún habiendo ganado Rajoy está con un pie fuera. Su discurso desde el balcón de la calle Génova fue muy significativo y decepcionante. Empezó diciendo: “Voy a hacer el discurso más difícil de mi vida”, palabras éstas que se dicen si se dimite. No lo hizo, mas debió estar muy cerca de hacerlo. El periodista José Oneto lo vio así: “A pesar del triunfo, Rajoy estaba raro, distraído no tenía preparado el discurso de la victoria, tenía preparado mentalmente el discurso de la derrota”. Debió pensar que la alianza de gobernabilidad (de febrero) PSOE-C´s sería más apoyada, como tuvo que haber sido y, se tendría que ir. Ésa fue otra oportunidad perdida. Sí pienso que, lo mejor que debió hacer es irse, ante el panorama que le rodea que por su culpa no le es nada halagüeño.

En el Partido Popular debieron creer que seguirían gobernando siempre con mayoría absoluta propia, por eso no hicieron amigos y hoy nadie quiere pactar con ellos. Cometió un craso error, ya que ahora los números no dan para tanta mayoría, aunque sí para formar esa suma entre la derecha. Así que, señores del PP, ¡dejen en paz al PSOE, rogándoles la abstención! Con C´s alcanzaría 169 apoyos para la investidura de Rajoy, a siete de la mayoría absoluta, que se conseguiría con los ocho diputados de Convergencia y los cinco del PNV. Le sobran seis.

¿Cuál es el gran dilema? El que no se sabe, si Rajoy quiere humillar o gobernar. En el caso de C´s parece que desea doblegarlo, para hacerle pagar el que le haya plantado cara con la corrupción, por haber pactado con los socialistas un acuerdo de gobernabilidad en los pasados comicios del 20 de diciembre. En un antipolítico y feísimo gesto, a Sánchez le negó el saludo delante de la prensa, demostrando su caciquismo gallego más ruin. A día de hoy esta ninguneando a Rivera, haciéndole el feo de no querer sentarse a negociar, primero con él. Por ese motivo y porque sabe que le pueden condicionar su apoyo, a que renuncie a la Presidencia, dando paso a otra persona popular.

Por supuesto, a Rajoy no le habrá gustado el resultado, querría más. Él no sabe negociar, ni se sabrá conformar con lo que ha sacado. Que baile sardanas en la intimidad y como viene haciendo, que le sonría mucho al partido atrapalotodo Podemos, que dice ser un partido de amor. Quizá allí encuentre el bastón azul que busca.

En la izquierda, los electores han tenido miedo a Iglesias y a Podemos. Miedo no, terror en muchos casos, generado por ellos mismos: por no haberse abstenido en la reciente investidura de Sánchez, por sus propuestas ideológicas diferentes y contradictorias, por su loca política europea, por sus amistades griegas, por las pensiones, por la inestabilidad política que generarían, por su política económica, por pensar que iban a desestabilizar el país cuando ha costado tanto conseguir la democracia que tenemos. Por la falta de confianza en su líder y la incertidumbre que transmitía, creando inquietud, duda, sospecha. 

Yo creo, que el principal culpable de todo lo ocurrido en PO es, Pablo Manuel Iglesias, que en su afán de conquistar los cielos ha asustado al país; sacando en seis meses 1,2 millones de votos menos, que la suma de Podemos e Izquierda Unida en diciembre. ¿Puede haber un descalabro electoral mayor? Eso sí, una semana después del fracaso obtenido, el amigo Pablo se autodesmarcó como causa del mal resultado, para no dimitir. Alberto Garzón desde el diván del siquiatra, no piensa en nada, solo padece el fiasco al que ha metido a IU. Cuya alianza con PO solo ha servido, para tapar los votos que los Iglesias venían perdiendo. Triste balance, colega Alberto. ¿Tú tampoco vas a dimitir?

El susto que Iglesias dio, hizo que el 26-J fueran al PP votos de todos los partidos. Se ha tenido más miedo a Podemos que al PP. Iglesias es una cáscara sin nuez. El profesor, Ramón Cotarelo, ha dicho: “La gente no los quiere”. “En Podemos están escocidos con los resultados y en el fondo quieren repetir suerte con unas elecciones nuevas”. 

De todas maneras, si PO quiere enmendar su culpa de permitir que gobierne Rajoy en vez de un socialista, aún pueden hacerlo. Pedro Sánchez con el voto favorable del PSOE, PO, C´s (más los que se quieran sumar), alcanzaría 188 diputados, 12 más de la mayoría absoluta. Esta cuenta también vale, pero los emergentes hablan poco de ella. Cuando deberían saber que, si por ejemplo a los dos años hubiera un voto de censura a Rajoy, éste es el Gobierno que habría que constituir.

Como es seguro que esa censura se la tendrán que hacer, entonces para que esperar, cuanto antes  ese Ejecutivo se haga mejor. Seria una prueba determinante de buen hacer, para la izquierda y las mentes avanzadas. Este Gobierno podría ser de esperanza, pero para llegar a él, haría falta mucho nivel político cambiando la maquinación de algunos por conductas políticas de buena fe.

Tal como esta todo, en la oposición va a haber overbooking de partidos. Allí estarán casi todos, si bien no en la misma posición política. Sin ninguna duda, el Partido Socialista hará una oposición de Estado. Para asustar a los niños y a las suegras... otros se encargarán.



8.07.2016                                                                             Fernando Bolea Rubio
                                                                                Sindicalista